Las relaciones laborales tienen un papel clave sobre la gestión de Personas y la experiencia que obtienen las personas empleadas en las organizaciones. ¿Sabes qué tipos hay y en qué se diferencian de los Recursos Humanos? ¡Te lo explicamos!
Las relaciones laborales son uno de los pilares fundamentales que sostienen el funcionamiento efectivo de cualquier organización. Estas conexiones entre empresa y personas empleadas van más allá del intercambio de trabajo por compensación, abarcando desde la comunicación efectiva hasta la construcción de ambientes laborales más saludables y productivos.
En este post, analizamos detalladamente los tipos de relaciones laborales y beneficios, así como su importancia para impulsar el rendimiento, fomentar la lealtad de las personas empleadas y contribuir al éxito general de las organizaciones.
¿Qué son las relaciones laborales?
Podemos definir las relaciones laborales como la interacción personal y profesional que se desarrolla dentro del contexto laboral entre la empresa y los profesionales que prestan servicios en la misma.
El elemento esencial de dichas relaciones es el contrato de trabajo, si bien no se limita a este, sino que va más allá, abarcando la comunicación diaria, la resolución de conflictos y la promoción de un entorno laboral apropiado.
Toda relación laboral presenta los siguientes elementos:
- La persona empleada ofrece sus servicios a la empresa de forma voluntaria.
- Dichos servicios se compensan con un salario.
- El servicio se presta por cuenta ajena y bajo la dirección de una persona física (en el caso de personas autónomas) o jurídica (si se trata de una empresa).
Además, el concepto de relaciones laborales suele utilizarse también para denominar a las relaciones que, dentro de una empresa, establecen las personas empleadas entre sí y de las que depende, en gran medida, la existencia de un ambiente laboral sano.
¿Por qué son importantes las relaciones laborales?
Sin las relaciones laborales, la gestión empresarial sería imposible y justo ahí radica su importancia. El vínculo entre entidad empleadora (la empresa) y personal empleado, cristalizado en el contrato laboral, es la base de la administración empresarial, ya que determina aspectos de interés para ambas partes, como el salario o la jornada laboral.
Si la base de esta relación está clara sirve para garantizar el cumplimiento de los intereses tanto de la empresa como de la plantilla y, además, acarrea numerosos beneficios, como el aumento de la productividad, la mejora del clima laboral y una buena employee experience.
Tipos de relaciones laborales
En función de dónde se ponga el foco de análisis (el contrato, el modelo de empresa, el sector, etc.), existen diferentes modos de clasificar las relaciones laborales. Estos son algunos de los más comunes.
Según el contrato
Como ya hemos dicho, el contrato es el documento que recoge y especifica la relación laboral entre la empresa y las personas empleadas. Existen distintos tipos de contrato laboral con derechos y obligaciones específicas tanto para la entidad empleadora como para la persona contratada, influyendo en la estabilidad y la seguridad laboral.
- Contrato indefinido: es el más común y se genera cuando la empresa busca cubrir una vacante sin límite de tiempo. Puede ser verbal o escrito e implicar una jornada completa, parcial o una prestación del servicio de forma fija discontinua.
- Contrato temporal: el servicio que va a prestar la persona empleada tiene una duración determinada, bien sea por un periodo de vacaciones, sustitución durante una baja médica o períodos de alta demanda.
Basadas en el modelo de empresa
El hecho de que la empresa sea una entidad familiar, una multinacional, una cooperativa o una startup moldea las relaciones laborales de manera excepcional. Las empresas familiares, por ejemplo, pueden enfatizar la cercanía y el compromiso personal, mientras que las multinacionales suelen priorizar la eficiencia y la diversidad cultural.
Las empresas tradicionales se organizan mediante la estructura habitual de secciones, departamentos, líderes y personal empleado, lo que deriva en relaciones verticales, que pueden generar un distanciamiento entre la dirección de la empresa y la plantilla.
Por el contrario, cada vez existen más empresas TEAL, caracterizadas por una descentralización y estructura menos rígida, que ponen a las personas en el foco de su estrategia. Además, existe una parte importante de compañías que, sin llegar a este tipo de gestión, funcionan según un sistema híbrido, en el que, aunque existe una estructura empresarial más o menos marcada, se mantiene un modelo de trabajo que otorga mayor libertad e independencia a las personas empleadas.
En función del sujeto
Según las personas que participan en ellas, podemos distinguir entre relaciones laborales individuales, aquellas que se establecen entre la persona trabajadora y su empresa, y colectivas, las que instaura el sindicato, en representación de la plantilla de una compañía o de todo un sector, con la empresa o la organización patronal que la representa.
Relaciones laborales especiales
Las relaciones laborales especiales, que se regulan en el artículo 2.1 del Estatuto de los Trabajadores, muestran peculiaridades en su contratación o regulación y, por ello, se rigen bajo una legislación especial.
Según el Estatuto de los Trabajadores, se consideran relaciones laborales de carácter especial:
- Altos cargos directivos, que realizan su trabajo con total autonomía y responsabilidad.
- Servicios del hogar.
- Penados en instituciones penitenciarias en el caso de que realicen un trabajo remunerado dentro del centro o bien si están cumpliendo una pena de trabajo en beneficio de la comunidad.
- Deportistas profesionales.
- Artistas.
- Personas trabajadoras con discapacidad en centros especiales de empleo.
- Personas que intervengan en operaciones mercantiles sin asumir su riesgo y ventura.
- Menores sometidos a medidas de internamiento por responsabilidad penal.
- Profesionales médicos en periodo de residencia.
- Profesionales abogados que trabajan en despachos individuales o colectivos.
- Cualquier trabajo expresamente declarado como tal por una ley.
Características que deben tener las relaciones laborales
Las relaciones laborales se caracterizan por tres circunstancias que las definen:
- La subordinación, por la cual la entidad empleadora puede establecer órdenes que la persona trabajadora debe cumplir, siempre y cuando se ajusten a sus derechos laborales y a la ley.
- La remuneración, que responde al pago del salario que la empleadora realiza a su plantilla en contraprestación por los servicios prestados.
- La prestación personal del servicio, es decir, la obligatoriedad de que sea la persona empleada quien realice sus labores, sin subcontratarlas a una tercera persona.
¿En qué se diferencian las relaciones laborales de los Recursos Humanos?
Aunque en ocasiones se tomen como sinónimos y se trate, desde luego, de disciplinas interrelacionadas, las relaciones laborales y la gestión de Recursos Humanos se distinguen en sus objetivos, responsabilidades y enfoques. Mientras que las relaciones laborales se centran en cultivar interacciones saludables entre empresa y personal, la gestión de Recursos Humanos abarca tareas más amplias, desde la selección y la contratación hasta el desarrollo profesional y la gestión del rendimiento.
Objetivos
Las relaciones laborales buscan principalmente promover un ambiente laboral justo y equitativo, donde la comunicación y el respeto sean una prioridad, evitando la generación de conflictos a través de la mediación para resolver los que se produzcan.
Por otro lado, la gestión de Recursos Humanos se enfoca en optimizar la contribución del capital humano a los objetivos organizacionales, mediante la selección, la capacitación y la fidelización del talento adecuado.
Responsabilidades
Mientras que las relaciones laborales se ocupan del Derecho Laboral y la negociación de condiciones laborales, así como la supervisión y garantía de las políticas de empleo y la promoción del bienestar laboral, la gestión de Recursos Humanos abarca un espectro más amplio de funciones, que incluyen la planificación y la gestión de la plantilla, la gestión de la formación y el rendimiento y el diseño de políticas de compensación y beneficios, como subidas de sueldo, ascensos o iniciativas de conciliación.
Focos de atención
Las relaciones laborales se centran en las interacciones directas entre la empresa y las personas empleadas, buscando la cordialidad y el cumplimiento de los derechos y las obligaciones de ambas partes.
Mientras tanto, la gestión de Recursos Humanos adopta un enfoque más estratégico y sistémico, abordando aspectos como la estructura de la organización, la cultura corporativa y la alineación entre los objetivos individuales y los objetivos de la empresa, trabajando para que ambos se cumplan.
Ventajas de gestionar correctamente las relaciones laborales
Una gestión adecuada de las relaciones laborales puede generar una serie de beneficios tangibles e intangibles tanto para la organización como para sus personas empleadas. Desde una mayor satisfacción y compromiso laboral hasta una reducción en la rotación de personal y una mejora en la reputación empresarial, estas son algunas de las ventajas que conlleva gestionar correctamente tus relaciones laborales:
- Fomento del desarrollo personal y profesional de la plantilla, que a su vez mejora el desarrollo de la organización.
- Aumento de la productividad y el rendimiento de las personas empleadas.
- Descenso del absentismo.
- Menor rotación del personal.
- Identificación de las personas empleadas con los objetivos de la organización.
- Mejora de las relaciones interpersonales entre el personal y sus responsables, así como entre los miembros de la plantilla.
- Mayor agilidad en la toma de decisiones y la solución de posibles problemas.
- Mayores niveles de satisfacción y mejor clima laboral.
- Atracción de talento: tener personas empleadas felices ayuda a mejorar tu employer branding, es decir, tu marca como entidad empleadora, lo que facilitará atraer a los perfiles con mayor potencial.
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