Las empresas que cuidan a sus personas empleadas fomentan su satisfacción, motivación y productividad. De ahí que crear un plan de bienestar laboral sea una poderosa iniciativa para cuidar a la plantilla y fidelizarla. ¿Quieres conocer todas sus ventajas y qué estrategias incluir para desarrollarlo? ¡En este post te damos todas las claves!
Como bien sabes, la implicación de las personas empleadas es fundamental para que las organizaciones alcancen sus objetivos. Por esta razón, cada vez más empresas están adoptando planes de bienestar laboral con el propósito de mejorar la motivación y el compromiso de la plantilla.
Implementar un buen programa de bienestar laboral es una de las formas más efectivas de reconocer el trabajo, potenciar el employer branding y cuidar el talento. Aprender a diseñar e implantar programas adaptados a las necesidades y retos específicos de los equipos favorece la creación de entornos de trabajo positivos y productivos, donde las personas son el centro de la estrategia empresarial.
¿Qué es un plan de bienestar laboral?
Un Plan de Bienestar Laboral es un conjunto de actividades y estrategias que pone en práctica una empresa para mejorar la salud, la calidad de vida y la satisfacción de las personas empleadas en realización a sus funciones laborales.
Este tipo de programa no solo se centra en la salud física, sino que también abarca el bienestar emocional y mental.
Con este tipo de planes, las empresas buscan crear un ambiente de trabajo saludable, motivador y productivo, fomentando el bienestar de las personas empleadas.
Un entorno laboral que valora y promueve el bienestar de su plantilla fortalece las relaciones interpersonales y fomenta una cultura empresarial positiva. Entre los objetivos prioritarios de un plan de bienestar laboral podemos destacar los siguientes:
Mejorar la salud y el bienestar general
Las actividades dispuestas en el plan de bienestar laboral tienen como objetivo principal mejorar la salud y el bienestar general de las personas empleadas, abarcando tanto la salud física como la mental y emocional.
Promover la salud y el bienestar facilitará una mejor productividad y contribuirá reducir el absentismo laboral. Este enfoque holístico anima a las personas empleadas a adoptar hábitos saludables a través de distintos planes y servicios.
Mejorar el clima laboral
Crear un ambiente de trabajo positivo y unido que aumente la satisfacción laboral y reduzca la rotación de personal, así como facilitar herramientas para el desarrollo personal y profesional, fomentará del compromiso laboral de las personas empleadas con la empresa, mejorando la retención del talento.
Potenciar el employer branding
Una empresa que realiza actividades de bienestar social es más atractiva para las personas candidatas más cualificadas. Además, esta buena reputación empresarial no se quedará solo en la plantilla, sino que llegará hasta la competencia del sector e, incluso, hasta los clientes, por lo que puede ayudar a mejorar los resultados económicos.
Priorizar la salud de las personas empleadas
Al implementar medidas de promoción de la salud y bienestar, las empresas pueden disminuir los costos derivados del absentismo laboral.
Incrementar la productividad
Si se cumplen todos los objetivos mencionados, el resultado será un entorno de trabajo positivo, que permita al personal ser más eficiente y productivo. Un equipo feliz y sano tendrá más ganas de trabajar y será más comprometido con la empresa. Y, al aumentar la productividad, a la vez que se reducen los costes, se incrementan los beneficios de la empresa.
Para lograr un buen plan de bienestar social se pueden incluir diferentes programas que nutren el employee experience abarcando distintos ámbitos, como talleres, actividades o mejoras a nivel administrativo.
Programas de salud física
Las actividades físicas y nutricionales incluidas en el plan de bienestar laboral son fundamentales para fomentar estilos de vida más saludables. Fomentar la actividad física regular aumenta la energía y ayuda a reducir el riesgo de padecer enfermedades crónicas. Por otro lado, desarrollar iniciativas de vigilancia de la salud contribuye a prevenir y detectar de forma precoz posibles patologías.
Algunos ejemplos de iniciativas concretas que puedes poner en marcha son revisiones médicas periódicas, retos de fitness, talleres sobre el sueño o prevención de riesgos y programas de hidratación y orientación nutricional.
Programas de bienestar mental y emocional
Reducir los niveles de estrés y proporcionar apoyo emocional no solo mejora la salud mental de las personas empleadas, sino que también tiene un impacto positivo en la productividad y el ambiente laboral.
Esto se puede abordar mediante servicios especializados como:
- Gestión del estrés, con técnicas para ayudar a las personas empleadas a manejar el burnout laboral.
- Apoyo psicológico de profesionales que puedan ayudar a los equipos a enfrentar problemas emocionales o mentales.
- Talleres que incentiven la creatividad.
- Iniciativas de desintoxicación tecnológica.
Programas de conciliación
Puesto que las estructuras laborales y las preferencias y necesidades de las personas empleadas han cambiado, es necesario implantar medidas que fomenten el equilibrio entre la vida laboral y familiar.
Habrá personas que necesiten horarios flexibles mientras que otros prefieran, por su situación personal, horarios fijos. También se puede ofrecer la posibilidad de trabajar en remoto si es factible para el puesto de trabajo, procurar una buena organización de las vacaciones y días libres, entre otras medidas.
Programas formativos
Invertir en el desarrollo personal y laboral del personal conlleva beneficios para ambas partes: la persona gana conocimientos para desempeñar mejor sus funciones, mientras que la empresa obtiene un talento más cualificado y comprometido.
Hay una infinidad de iniciativas para la formación, además de las propias del rol laboral en cuestión, como cursos de gestión del tiempo, resolución de conflictos, formación en diversidad, inclusión e igualdad o para mejorar la comunicación y cooperación, entre muchas otras.
Programas de bienestar económico
El nivel de vida ha cambiado mucho en poco tiempo y, por ello, la gestión financiera del hogar necesita adaptarse rápidamente.
Ofrecer talleres de educación financiera, asistencia financiera personalizada, comisiones o recompensas económicas por productividad, apoyo económico para la escuela infantil o cheques libros para el colegio, complementos por transporte, dietas, etc., puede contribuir al bienestar y el compromiso de las personas empleadas.
Beneficios de un plan de bienestar laboral
Como hemos visto, un plan de bienestar laboral contempla objetivos con pros directos e indirectos sobre múltiples aspectos de la relación persona empleada – empresa. No solo beneficia de forma directa a la plantilla, sino que aporta ventajas significativas a la empresa como las siguientes:
- Aumento de la productividad: las personas empleadas más saludables y felices tienden a ser más productivas y eficientes.
- Reducción del estrés: los programas de bienestar ayudan a manejar el estrés, mejorando la salud mental y emocional del personal.
- Mejora del ambiente laboral: fomenta un ambiente de trabajo positivo y cooperativo.
- Reducción del absentismo: promueve la salud general, lo que puede reducir las ausencias por enfermedad.
- Mayor compromiso y fidelización del talento: las personas que se sienten cuidadas y valoradas son más propensas a comprometerse con la empresa a largo plazo.
- Atracción de talento: un buen programa de bienestar laboral puede ser un atractivo diferencial para perfiles potenciales.
Para alcanzar estos objetivos y ventajas, el plan de bienestar laboral debe incluir diversas medidas y, a continuación, vamos a analizar los pasos a seguir para conseguirlo.
Evaluar las necesidades: ¿qué se quiere conseguir?
Lo primero es tener claro qué aspectos se quieren o se deben mejorar y, para ello, fomentar una buena comunicación es fundamental. En este sentido, se pueden realizar encuestas, entrevistas y reuniones que sirvan para conocer las necesidades y expectativas de las personas empleadas. Existen soluciones, como un portal de la persona empleada, que pueden facilitar esta retroalimentación.
Al analizar los datos de salud y bienestar actuales de la plantilla se pueden detectar los problemas a los que se enfrentan, prever qué esperan y qué necesidades deben incluirse en el plan de bienestar. Por ejemplo, si una persona muestra interés en cursos de meditación, puede que esté sufriendo estrés, por lo que se deberían aplicar iniciativas relacionadas con la salud mental y la gestión emocional.
Definir los objetivos y metas
A continuación, se deben establecer las metas que satisfagan las necesidades detectadas en el primer paso. Tienen que ser objetivos específicos, medibles, realistas, alcanzables, relevantes y en un tiempo determinado.
Algunos ejemplos de objetivos accesibles serían:
- Alcanzar una participación del 50% de las personas empleadas en las clases de ejercicio semanales.
- Realizar 1 taller mensual de nutrición durante 6 meses con una asistencia mínima del 60% del equipo.
- Lograr que el 40% del personal asista al curso mensual sobre gestión de la economía del hogar.
- Aumentar hasta un 7 la puntuación de bienestar laboral de al menos el 70% de la plantilla en 1 año.
Diseñar el plan de acción: ¿cómo conseguir los objetivos establecidos?
Una vez que están claras las necesidades y los objetivos, hay que diseñar el plan de acción y calcular el gasto de esas propuestas. Hay una serie de preguntas que la organización puede hacerse:
- ¿Dispone la empresa de los recursos para realizar ese plan?
- ¿Qué tiempo disponible tiene la plantilla y la empresa para dedicarlo a estas actividades?
- ¿Son actividades atractivas para la mayoría?
- ¿Esas actividades son accesibles para una gran parte de las personas empleadas?
- ¿Hay alguna opción que cumpla mejor con el objetivo a alcanzar?
- ¿Cómo se comunicará el plan a la plantilla?
- ¿Cómo vamos a medir los resultados?
Es de gran ayuda involucrar a los equipos en el diseño y organización del programa para asegurar que este responda a sus necesidades, pero siempre teniendo en mente el presupuesto orientativo que se pueda destinar al plan de bienestar laboral.
Calcular los costes y los recursos necesarios
Después de tener el programa completo hay que aprobar el presupuesto, además de buscar los recursos para llevar a cabo las diferentes actividades involucradas en el plan de bienestar social. Puede ser de gran ayuda designar unos/as responsables o crear un equipo que se encargue de conseguir los recursos para lograr una correcta implementación.
A la hora de diseñar el plan de bienestar, la empresa puede aprovechar ciertos recursos que tiene a su disposición. Por ejemplo, si desea promover la capacitación en su plantilla, tiene la posibilidad de bonificar la formación. En este caso, es muy recomendable delegar el trámite en una entidad acreditada ante FUNDAE, como es Grupo Castilla.
Comunicar el programa
Una vez que el plan de bienestar social esté aprobado por la dirección de la empresa, el siguiente paso es informar a toda la plantilla.
De poco sirve realizar talleres si nadie se entera de ellos, por lo que es importante
mantener a las personas informadas de forma clara sobre las actividades disponibles para fomentar la participación. Se pueden realizar reuniones para exponer el programa, usar plataformas internas como portales de la persona empleada que favorezcan el feedback, colocar carteles informativos o repartir flyers a modo de calendario.
También es significativo celebrar los éxitos y valorar los logros alcanzados para mantener la motivación y el compromiso. Añadir incentivos como sorteos, almuerzos, viajes, etc., aumentará la tasa de participación.
Seguimiento de los resultados y evaluación del plan de bienestar laboral
Este último paso es de los más importantes, porque permite hacer un seguimiento adecuado del plan de bienestar y valorar si cumple o no con los objetivos propuestos.
Es necesario analizar regularmente la participación y los resultados de las actividades, recoger la opinión de las personas implicadas y, si es se requiere, realizar los ajustes oportunos.
Medir el impacto que tiene el programa en la productividad, el clima laboral y la salud general de la plantilla es crucial para saber si se están alcanzando o no los objetivos establecidos.
- Programas de ejercicio físico: ofrecer clases de yoga, pilates o fitness en el lugar de trabajo o mediante clases online.
- Talleres de salud mental: proporcionar sesiones regulares de meditación, mindfulness y manejo del estrés.
- Alimentación saludable: ofrecer opciones de comida sana en la cafetería, distribuir snacks saludables o colocar máquinas de agua.
- Reconocimiento y recompensas: establecer programas de reconocimiento para celebrar los logros y esfuerzos de las personas empleadas.
- Capacitación y desarrollo: ofrecer oportunidades de formación continua y crecimiento profesional.
- Eventos de team building: planificar actividades como escapadas, almuerzos y cenas o competiciones deportivas para fortalecer las relaciones y mejorar el clima laboral.
- Eventos familiares: organizar eventos y actividades para las personas empleadas y sus familias, como días de campo, fiestas de fin de año y jornadas de puertas abiertas estilo “trae a tu hijo/a al trabajo”. Esto ayuda a fortalecer el vínculo entre la empresa y las familias, promoviendo un sentido de comunidad y apoyo mutuo.
- Evaluaciones de bienestar: realizar encuestas y evaluaciones regulares para identificar áreas de mejora y ajustar los programas de bienestar según las necesidades del personal empleado.
- Programas de bienestar financiero: ofrecer talleres y asesoría sobre planificación financiera, ahorro y resolución de deudas.
- Descuentos y beneficios laborales: ofrecer descuentos en gimnasios, tiendas de alimentos saludables y servicios de bienestar, como masajes o terapias alternativas.
- Programas de apoyo familiar: proporcionar servicios de escuela infantil o subsidios para el cuidado de niños, así como programas de apoyo para el cuidado de familiares dependientes.
- Flexibilidad laboral: implementar horarios flexibles y opciones de teletrabajo para mejorar el equilibrio entre la vida laboral y personal.
- Ambiente de trabajo saludable: mejorar la ergonomía de los espacios profesionales, proporcionando mobiliario adecuado y promoviendo pausas para el descanso y el estiramiento.
- Espacios de descanso: crear áreas de descanso adecuadas donde las personas puedan relajarse durante sus descansos y tomar algo.
- Voluntariado corporativo: fomentar la participación en actividades de voluntariado, permitiendo a la plantilla contribuir a la comunidad y mejorar su bienestar emocional.
¿Potenciar el bienestar de tu plantilla es tu prioridad? Desde nuestros servicios de conocimiento, de la mano de nuestro equipo experto en Consultoría Estratégica en RRHH de nuestra área Talent Services podemos ayudarte a evaluar el desempeño y la evolución de tu equipo para promover su desarrollo. También analizamos el grado de compromiso organizacional, la motivación y la capacidad de liderazgo, entre otros aspectos que nos permiten saber cómo se sienten las personas en la empresa.
Además, en Grupo Castilla ponemos la tecnología al servicio del conocimiento de especialistas en gestión de personas. Así, facilitamos el análisis y la obtención de información clave que sirve de guía para fomentar entornos de trabajo productivos y saludables. Nuestro software de gestión del talento es un buen ejemplo de ello.