Sin duda, el liderazgo empresarial es una de las virtudes más valoradas en la gestión de equipos. Descubre en este post los principales estilos de liderazgo, su importancia y qué caracteriza a los/as líderes de éxito.
Aunque en el imaginario colectivo el liderazgo empresarial se proyecta como la imagen de la autoridad, va mucho más allá. Liderar a un equipo implica saber motivarlo, mostrar empatía, tener una visión estratégica y transmitir los valores corporativos, entre otras muchas cualidades que definen a los/as buenos/as líderes.
Además, no existe una sola forma de dirigir a la plantilla, y es que hay varios tipos de liderazgo en las empresas, con sus respectivos pros y contras sobre la gestión de equipos. ¿Quieres saber más? Te presentamos los estilos de liderazgo más comunes y vemos cuál es su impacto en el desarrollo del personal empleado y la progresión de las organizaciones.
¿Qué es el liderazgo empresarial?
El liderazgo empresarial es la capacidad de dirigir, influir y motivar a las personas en su desempeño laboral, promoviendo su productividad y, con ello, el crecimiento de las empresas. Por tanto, liderar significa unir al equipo, inspirarlo y conducirlo hacia el alcance de objetivos comunes.
Si indagamos en las definiciones que han compartido especialistas en liderazgo, vemos cómo la motivación se relaciona directamente con la habilidad de ser un/a buen/a líder. Así, por ejemplo, Idalberto Chiavenato, experto en RRHH, describe el liderazgo empresarial como “un proceso en el que el/la líder ejerce la habilidad de influir y conducir a un grupo de personas, motivándolas a trabajar con entusiasmo hacia el cumplimiento de objetivos de la organización”.
Por su parte, John Maxwell, conferencista y escritor estadounidense de “Las 21 leyes irrefutables del liderazgo”, defiende que “los/as buenos/as líderes son quienes logran que los grupos y equipos de trabajo que dirigen desempeñen un rendimiento superior”, y recalca que “lo son no por su poder, sino por su habilidad de motivar a otras personas”.
Diferencia entre liderazgo y dirección
Aunque el liderazgo y la dirección conllevan de manera implícita la gestión de personas, sus acciones tienen un enfoque distinto:
- La dirección o gestión organizacional engloba la administración del trabajo y garantiza la ejecución de labores. El rol de la dirección se orienta a la coordinación y la resolución de tareas.
- El liderazgo va más allá que la dirección y requiere de una visión estratégica. Liderar es inspirar, fomentar la innovación, conseguir hacer partícipe a los miembros del equipo de los retos de la empresa, reconocer sus logros, impulsar su crecimiento profesional y garantizar su bienestar laboral.
¿Cuál es la importancia del liderazgo empresarial en el contexto actual?
El liderazgo empresarial es un elemento esencial para garantizar la supervivencia de cualquier organización, ya que su papel influye directamente sobre la toma de decisiones, la motivación del equipo, la efectividad de la producción y el alcance de objetivos estratégicos.
Los/as buenos/as líderes pueden potenciar en el equipo aptitudes como la comunicación, la resolución de problemas, la innovación, la adaptabilidad al cambio y la colaboración, las cuales son decisivas para mejorar la productividad e incrementar la rentabilidad del negocio en el entorno empresarial actual, marcado por el dinamismo y la competitividad.
Según expone el estudio Tendencias Globales de Capital Humano para 2024 de Deloitte, los líderes tienen la oportunidad y también la responsabilidad de promover nuevas vías de desempeño humano que contribuyan a sus organizaciones. En este sentido, destacan tres medidas clave: restablecer prioridades organizacionales, evolucionar las estructuras de gobernanza y fomentar la seguridad psicológica de sus equipos.
En definitiva, en el escenario actual, donde la digitalización está transformando las necesidades y los retos de las empresas, los líderes desempeñan un rol fundamental para gestionar el cambio con eficiencia y agilidad, fomentar un ambiente colaborativo de innovación y mejora continua y fortalecer las habilidades del equipo.
Tipos de liderazgo empresarial
Como hemos visto, liderar significa guiar y movilizar a las personas empleadas hacia el cumplimiento de los objetivos establecidos, pero se pueden tomar diferentes caminos para alcanzar esta cima. Veamos cuáles son los estilos de liderazgo más comunes en las organizaciones:
Liderazgo autoritario o autocrático
Es el liderazgo empresarial donde una sola figura ostenta el poder sobre la toma de decisiones y la distribución de funciones. Se apoya en una jerarquía extrema y en la comunicación unidireccional, es decir, las personas empleadas reciben órdenes y las llevan a cabo sin poder opinar al respecto.
Este estilo de liderar puede ser efectivo ante la necesidad de tomar decisiones ágiles, pero como solo la figura del líder decide qué y cómo desarrollar el trabajo, el modelo autoritario hace estragos en la motivación, la creatividad y el trabajo en equipo. De ahí que cada vez se utilice menos en las organizaciones actuales.
Liderazgo de coaching
En este caso, el líder actúa como un coach que busca potenciar las fortalezas y mejorar las debilidades en los/as profesionales. Este estilo de liderazgo se usa para fomentar la motivación de las personas empleadas, promover el desarrollo de nuevas habilidades y satisfacer sus aspiraciones laborales.
Liderazgo burocrático
Esta forma de liderar pone el foco en la rigurosa aplicación de normas y procedimientos establecidos, garantizando la disciplina y la seguridad. Es por ello que el liderazgo de tipo burocrático es propio de entornos laborales que suponen mayores riesgos, como los trabajos que implican la manipulación de sustancias tóxicas o el uso y mantenimiento de maquinaria.
Al ser un estilo de liderazgo muy estricto y alineado al cumplimiento normativo, puede incrementar la desmotivación laboral y reducir la capacidad de adaptabilidad a situaciones cambiantes.
Liderazgo situacional
Es un estilo de liderazgo flexible, ya que se ajusta a las circunstancias y capacidades de la empresa y de las personas que la integran. Es decir, en función de las necesidades y los objetivos que primen en cada situación, se aplica un estilo de liderar u otro. Esto implica que la persona que lidera al equipo adapte su forma de dirigir y motivar según el comportamiento y el nivel competencial de sus personas empleadas ante determinadas funciones y escenarios cambiantes.
Liderazgo directivo
En este modelo, el/la líder marca unos objetivos claros y una cadena de competencias y jerarquía igual de cristalinas. Busca construir una base estructural y, por ello, se aplica especialmente en equipos con poca experiencia. No obstante, este nivel de rigidez sostenido también puede generar que las personas empleadas no se comprometan lo suficiente con los valores, la misión y la visión de la empresa.
Liderazgo estratégico
El liderazgo estratégico se basa en la planificación de acciones y procesos para materializar las metas deseadas. En este sentido, analiza en profundidad los pasos a seguir para guiar al equipo hacia la dirección correcta, aprovechando las oportunidades y motivando a las personas para que sepan responder a los constantes desafíos empresariales.
Entre las características del liderazgo estratégico, destaca la capacidad de comunicar y de influir positivamente en el equipo, tener habilidades para el pensamiento crítico y saber delegar responsabilidades.
Liderazgo democrático o participativo
Este tipo de liderazgo también es conocido como liderazgo participativo y destaca por fomentar la colaboración y la comunicación interna. Si el equipo se siente escuchado, aumenta su motivación y compromiso laboral y, en consecuencia, su implicación en los proyectos. Asimismo, la creatividad y la innovación también se ven maximizadas.
Para aplicar de forma efectiva el modelo democrático, los/as líderes pueden apoyarse en soluciones tecnológicas para potenciar el feedback en la plantilla mediante soluciones como un portal de la persona empleada, por ejemplo, poniendo la tecnología al servicio del conocimiento.
Liderazgo afiliativo
Aquí el/la líder del equipo actúa como una figura conciliadora, ya que entre sus cualidades principales destacan la voluntad de diálogo y de construir puentes entre los diferentes miembros del equipo y áreas de la empresa. Así, consigue generar un clima colaborativo y positivo.
Cabe apuntar que uno de los puntos débiles del liderazgo afiliativo es perder el foco y no centrarse en los objetivos que el equipo debe cumplir. Por tanto, lo más complejo es encontrar el equilibrio en este caso.
Liderazgo laissez faire
Este, junto con el democrático y el autocrático, es uno de los tipos de liderazgo más conocido de Kurt Lewin, uno de los psicólogos referentes en liderazgo del s. XX. Concretamente, el laissez faire es un tipo de liderazgo que potencia la autonomía del personal empleado. No obstante, solo es recomendable en perfiles y equipos que cuenten con experiencia e iniciativa.
Liderazgo transformacional
El/la líder transformacional inspira y confía, a la vez, en sus personas empleadas para conseguir los éxitos de la organización. De hecho, se trataría más bien de un apoyo mutuo que consigue generar una dinámica de complicidad y confianza esencial para una correcta dinámica de equipo.
Liderazgo transaccional
En este tipo de liderazgo, basado en transacciones entre la dirección y la plantilla, las personas empleadas reciben recompensas, ya sea económicas o en especie, mientras que el equipo directivo obtiene su trabajo a cambio como forma de beneficio.
Es una forma de liderar que puede incrementar la motivación y la productividad del personal empleado, pero también implica una mayor inversión en compensaciones por el cumplimiento de objetivos.
¿Qué cualidades tiene un buen líder?
Un/a buen/a líder motiva a su equipo mediante metas ambiciosas pero alcanzables. También promueve el compromiso laboral y traslada su entusiasmo al equipo. Y por encima de todo, potencia y valora el talento de su equipo. Se dice pronto, pero ¿cómo ejercer un liderazgo efectivo? Los/as mejores líderes tienen estas cualidades para conseguirlo:
- Comunicación efectiva: saber expresar las necesidades y los objetivos por alcanzar, así como los pasos a seguir para lograrlos, desde la empatía, la transparencia y la escucha activa.
- Capacidad de motivar a su equipo: la motivación es el motor del liderazgo y la base para conseguir que las personas que se sientan valoradas y sean más productivas en la organización.
- Carisma: saber captar la atención del equipo, tanto a nivel verbal como no verbal, es una cualidad característica de los/as mejores líderes empresariales.
- Entusiasmo: transmitir pasión a la par que confianza a las personas empleadas genera un clima laboral favorable y, en consecuencia, más productivo. Propiciar un buen ambiente de trabajo, ofrecer flexibilidad horaria y fomentar la conciliación de la vida personal y profesional, así como reconocer los logros son fórmulas efectivas para entusiasmar al equipo.
- Capacidad de resolución: tener buenas habilidades para resolver problemas y evitar los bloqueos en la realización del trabajo con agilidad, efectividad y seguridad.
- Organización: poder planificar el trabajo teniendo en cuenta todos los recursos disponibles y optimizando el encaje puesto-persona para que la distribución de las tareas sea compatible con el talento de cada perfil en la empresa.
- Negociación: practicar una comunicación persuasiva, a la vez que empática, con el objetivo de resolver diferencias y llegar a acuerdos que beneficien a todas las partes implicadas.
- Creatividad: inspirar al equipo para fomentar el cambio e incentivar la creación de soluciones innovadoras en contextos de trabajo en constante movimiento.
- Disciplina: la constancia es la fuerza que el/la líder debe transmitir a su equipo para alcanzar la consecución de las metas. Mostrar autocontrol, persistencia e iniciativa son las claves para hacer de la disciplina un hábito con propósito.
- Escucha activa: los/las mejores líderes escuchan a su equipo, reflexionando sobre sus aportaciones y mostrando interés en sus puntos de vista.
- Honestidad: la claridad y la transparencia son cualidades esenciales para ejercer un buen liderazgo. Y es que para que el trabajo salga bien, el equipo debe recibir la información que le permita obtener una visión clara del proyecto y mejorar sus tareas, yendo en línea a los objetivos estratégicos de la empresa.
- Visión: los/as mejores líderes poseen una visión estratégica.
- Toma de decisiones: el buen liderazgo toma partido por unas u otras opciones partiendo de análisis exhaustivos y datos reales, con asertividad y manteniendo el foco en el cumplimiento de los objetivos marcados.
- Buena reputación: las personas que lideran en la empresa impactan en la imagen que proyecta la organización e influyen en cómo esta se sitúa en el mercado.
Consejos para ejercer un buen liderazgo empresarial
Más allá de poseer ciertas cualidades para ser buenos/as líderes, hay algunas buenas prácticas que contribuyen a hacer del liderazgo un éxito:
- Potenciar el talento del equipo: poner a las personas que integran las organizaciones en el centro es clave para garantizar su evolución y proyección en el mercado. Por ello, es importante fomentar su aprendizaje con planes de capacitación y programas que fortalezcan sus competencias profesionales.
- Mantener una actitud positiva: orientada a potenciar las fortalezas a nivel individual y colectivo de las personas que forman el equipo. Y hacerlo desde el entusiasmo, la confianza y la motivación.
- Ejercer una comunicación eficiente: fomentar una retroalimentación transparente y mantener al equipo conectado, así como alineado al logro de objetivos.
- Escuchar de forma activa: practicar la atención plena con el equipo, considerando sus comentarios y aportaciones en la toma de decisiones.
- Practicar el autoconocimiento: un/a buen/a líder debe conocer su potencial y también sus limitaciones. Al identificar y gestionar mejor sus pensamientos, sentimientos y emociones puede mejorar la toma de decisiones y el desarrollo de acciones.
- Confiar en el equipo y saber delegar: encomendar funciones es propio de líderes confiados en el equipo que han seleccionado, lo cual al mismo tiempo favorece la colaboración y la autonomía en los puestos de trabajo.
- No dejar de aprender: capacitarse continuamente teniendo en cuenta las constantes nuevas tendencias, la evolución de la tecnología y las continuas adaptaciones de cada sector. Actualizar conocimientos y potenciar habilidades es la base para llevar el liderazgo al máximo nivel.
- Fijar metas conjuntas: tener una visión a corto y a largo plazo de las tareas y de los objetivos por cumplir para identificar los medios, los tiempos y los pasos que dar hace que el trabajo sea más ágil y eficiente.
- Aprender a gestionar el estrés: saber gestionar las emociones y manejarse en situaciones estresantes es fundamental para evitar el burnout laboral tanto en los propios líderes como en el resto del equipo. En este sentido, el autoconocimiento, la delegación de tareas y el establecimiento de prioridades son factores esenciales.
- Enseñar más con acciones que con palabras: dar ejemplo siendo líderes que inspiren a trabajar con entusiasmo, confianza, visión y determinación. ¿Cómo? Involucrándose con los proyectos, priorizando el bienestar del personal empleado, evitando la microgestión, mostrando flexibilidad y escuchando para entender y no solo para responder.
Características del liderazgo en la era digital
La digitalización en el mundo empresarial exige nuevas formas de liderazgo en las que, más allá de implementarse las tecnologías, prevalezca el conocimiento de las personas; sus competencias y soft skills como la capacidad de toma de decisiones, la creatividad y la comunicación son valores esenciales para sacar partido a las soluciones innovadoras.
Algunas de las características que deben tener los/as líderes actuales y del futuro son:
- Pensamiento estratégico.
- Integración de la innovación.
- Capacidad analítica.
- Poder de negociación.
- Adaptabilidad a entornos de trabajo cambiantes.
- Empatía e inteligencia emocional.
- Integridad, transparencia y honestidad.
- Visión del futuro.
Si has llegado hasta aquí, seguro que el valor de las personas te importa y eres consciente de que no hay un único liderazgo correcto. Eso sí, hay cualidades que son inherentes a los/as buenos/as líderes y que aportan infinitos beneficios al conjunto de las organizaciones.
¿Necesitas potenciar el liderazgo en tu organización? Lo cierto es que antes de ajustar la estrategia de liderazgo empresarial es indispensable conocer el equipo y evaluar sus necesidades, así como sus contribuciones. Para ello, una de las metodologías más efectivas en la gestión del talento es la evaluación del desempeño en la que te podemos acompañar desde Grupo Castilla.
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