Si te dedicas a los Recursos Humanos sabrás que, hasta ahora, dar con el candidato perfecto era, prácticamente, misión imposible.
En general, esto ocurría porque las estrategias de reclutamiento de la mayoría de las empresas pasaban por encontrar un perfil muy concreto –la mayor parte de las veces inexistente–, con una titulación específica, un máster cursado en el extranjero, un número determinado de años de experiencia en el mismo sector, un título que demostrara su nivel de idiomas, etc.
En fin, una serie de requisitos que, tras la primera criba de currículums, dejaban fuera de nuestra selección a profesionales muy válidos. Por suerte, en los últimos años las cosas han empezado a hacerse de forma diferente: los departamentos de RRHH prefieren centrarse más en las habilidades y las competencias de los candidatos que en sus títulos. Pero, ¿y si te dijéramos que esta forma de seleccionar también puede resultar insuficiente?
¿Qué es la Cultural Fit o Ajuste Cultural?
Las últimas tendencias en RRHH apuntan a una nueva fórmula para reclutar empleados que tiene en cuenta la formación y las habilidades de los potenciales trabajadores, pero va un paso más allá.
La llaman ‘Cultural Fit’ o Ajuste Cultural y está basada en la selección de candidatos en función de su grado de compatibilidad con la empresa. O sea que los reclutadores, a la hora de elegir a un profesional u otro, ya no se fijan solo en su currículum o en sus aptitudes, sino que miran más hacia el interior y buscan personas que compartan valores con la organización.
En este sentido, un estudio elaborado por la consultora británica especializada en Recruitment Allen Associates demuestra que, en Reino Unido, el 47% de los directores de Recursos Humanos cree que el encaje cultural de los candidatos es el criterio más valorado para contratar nuevos trabajadores.
Y todo parece indicar que el resto de países europeos seguirán sus pasos, ya que gracias a este nuevo método se reducen los tiempos de adaptación de los nuevos empleados, además de aumentar su motivación y su compromiso con la empresa.
Pero, ¿entonces ya no hay que fijarse en los estudios, ni en la experiencia, ni en las habilidades de los candidatos? Por supuesto que sí, esos factores también son importantes dentro del ‘Cultural Fit’, pero no son determinantes.
Para entenderlo mejor, los expertos que defienden esta estrategia diferencian entre el ajuste funcional, es decir, que el candidato se adecúe a las necesidades del puesto en materia de formación, experiencia, competencias profesionales, etc. y el ‘ajuste emocional’, que sirve para comprobar que los valores del candidato encajan con la cultura corporativa.
Las comprobaciones sobre el ajuste funcional pueden realizarse, en muchos casos, a través del CV, pero las del ajuste emocional conviene hacerlas cara a cara. Por eso, el gran reto de los profesionales de RRHH como tú pasa por aprovechar las entrevistas personales para identificar a los candidatos que sí encajan con tu organización y a aquellos que podrían romper su armonía.
Desde la Universidad de Kent (Reino Unido), te proponen realizar algunas de las siguientes preguntas para conseguirlo:
- ¿Prefieres trabajar solo o en equipo?
- ¿Qué rol sueles desempeñar cuando trabajas en equipo? Pon un ejemplo.
- Describe el estilo de líder que puede sacar lo mejor de ti mismo.
- ¿Cómo es el mejor jefe o profesor que has tenido hasta ahora?
- ¿Cómo es tu estilo de liderazgo?
- Describe el tipo de ambiente laboral en el que eres más productivo.
- ¿Cuáles eran los aspectos más positivos de tu último trabajo?
- ¿Qué factor determina que te sientas a gusto y feliz en tu lugar de trabajo?
- ¿Cómo describirían tus compañeros la relación que han tenido contigo en el trabajo?
Con estas y otras preguntas similares, adaptadas a las necesidades de cada puesto, podrás saber con bastante seguridad si el candidato es compatible o no con tu organización y la forma de trabajar en ella.