La finalización de la relación laboral puede darse por varios motivos y en diferentes circunstancias. Descubre las causas que llevan a la extinción del contrato del trabajo tanto por parte de la persona empleada, como por la empresa.
La extinción del contrato de trabajo es crucial y debe llevarse a cabo evitando conflictos y garantizando el cumplimiento de la legislación laboral vigente.
En Grupo Castilla, como expertos en el ámbito de la gestión de personas, consideramos que entender las distintas formas en que un contrato puede finalizar, así como los procedimientos y derechos asociados, es fundamental para ambas partes. Por ello, vamos a profundizar en los distintos tipos de extinciones laborales y los requisitos que se deben cumplir en la finalización del contrato.
Qué es una extinción del contrato de trabajo
La extinción del contrato de trabajo indica el fin de la relación laboral entre la empresa y la persona empleada. Este proceso implica la terminación de las obligaciones de ambas partes establecidas en el contrato de trabajo. La extinción puede ocurrir por diversas razones, cada una con sus procedimientos específicos y consecuencias legales.
Entender las causas de extinción del contrato de trabajo y los procedimientos legales asociados es fundamental tanto la empresa como la plantilla. Saber esto no solo protege los derechos de ambas partes, sino que también facilita una gestión adecuada, previniendo posibles conflictos.
Tipos de extinción del contrato de trabajo
La extinción del contrato de trabajo puede producirse por varios motivos, que aparecen recogidos en el artículo 49 del Estatuto de los Trabajadores:
- Extinción por mutuo acuerdo.
- Extinción por voluntad de la persona empleada.
- Extinción por voluntad de la empresa.
- Extinción por causa ajena a la voluntad de las partes.
- Extinción por cláusulas contractuales.
- Extinción por expiración del plazo previsto en el contrato.
A continuación, vamos a entrar en detalle en cada extinción laboral para conocer sus circunstancias y consecuencias.
Extinción por mutuo acuerdo
Una forma común de finalizar un contrato de trabajo es por mutuo acuerdo entre la empresa y la persona empleada. Esta disolución del contrato se basa en un consenso entre ambas partes para poner fin a la relación laboral.
Es importante que los términos y acuerdos queden detallados y documentados formalmente, incluyendo posibles indemnizaciones o complementos salariales para evitar malentendidos.
Esta firma de extinción suele ser beneficiosa en situaciones donde ambas partes desean finalizar la relación de forma amistosa y priorizando el bienestar laboral. Un ejemplo de esto ocurre cuando la persona empleada busca nuevas oportunidades y la empresa necesita reestructurar el equipo.
Extinción por voluntad de la persona empleada
La persona empleada puede renunciar al contrato por diversas razones, algunas de las cuales son:
- Renuncia voluntaria. La persona empleada decide dejar su empleo. En la mayoría de los casos, se requiere preavisar de la baja con cierto tiempo de antelación, que puede variar dependiendo del contrato o del convenio colectivo.
- Jubilación. La persona empleada puede optar por retirarse cuando alcance la edad de jubilación, poniendo fin a la relación laboral.
- Invalidez o incapacidad permanente. Otra razón para finalizar el contrato es la incapacidad para seguir desempeñando el trabajo debido a un accidente o una enfermedad.
- Incumplimiento grave de la empresa. Si la organización incumple gravemente sus obligaciones, la persona empleada tiene derecho a rescindir el contrato y recibir una indemnización equivalente a la de un despido improcedente.
- Violencia de género. La persona empleada víctima de violencia de género puede renunciar a su puesto de trabajo, poniendo fin al contrato, o disfrutar de circunstancias especiales que le permitan conciliar su situación personal, como preferencia de movilidad laboral (en el caso de que la empresa disponga de otro centro de trabajo con un puesto vacante similar), prestaciones específicas o posibilidad de reducción de jornada.
Extinción por voluntad de la empresa
De la misma forma, la empresa también puede poner fin al contrato por distintas razones:
- Despido disciplinario. Se produce cuando la persona empleada comete una falta en el trabajo grave, como insubordinación o deslealtad. Este tipo de despido no requiere previo aviso.
- Despido objetivo. Se puede dar por razones económicas, técnicas, organizativas o de producción. Se requiere un preaviso previo de 15 días y debe incluir una indemnización de 20 días por año trabajado, con un máximo de 12 mensualidades.
- Despido colectivo. Se aplica en situaciones en las que el número de personas empleadas despedidas supera los umbrales marcados por la ley. Normalmente, esta situación ocurre por razones económicas, técnicas, organizativas o de producción. Este proceso está regulado por el artículo 51 del Estatuto de los Trabajadores y requiere procedimientos específicos de negociación y notificación.
Extinción por causa ajena a la voluntad de las partes
Asimismo, existen situaciones en las que la extinción del contrato no depende de la voluntad de la persona empleada ni de la empresa, sino que obedece a motivos ajenos a ambas.
- Fuerza mayor. Situaciones como eventos imprevistos o desastres naturales que imposibiliten la continuidad del trabajo pueden llevar a la extinción del contrato.
- Falta o disminución del trabajo. Circunstancias económicas que reduzcan significativamente el volumen de tareas también pueden justificar la extinción.
- Muerte o incapacidad del empleador. Sucede cuando la persona empleadora fallece o se incapacita y no es posible continuar con la actividad empresarial.
- Causas económicas. Se refieren a situaciones donde ciertos cambios en las condiciones económicas impactan negativamente en las operaciones de la empresa. Esto puede incluir períodos de recesión económica, pérdida significativa de cuota de mercado o reducción de la demanda de productos o servicios.
- Causas técnicas. Cambios en los métodos de producción o en la disponibilidad y uso de la tecnología. Esto puede ocurrir cuando la empresa necesita implementar nuevas soluciones para mantenerse competitiva o cuando ciertas herramientas tecnológicas quedan obsoletas.
- Causas organizativas. Ocurren cuando hay cambios en la estructura o en la organización interna de la empresa que hacen innecesarios algunos puestos de trabajo.
- Causas de producción. Se dan cuando varía el volumen de producción debido a factores que no dependen directamente de la empresa, como cambios en la demanda del mercado o alteraciones en la cadena de suministros que afectan en la fabricación.
Extinción por cláusulas contractuales
Algunos contratos incluyen cláusulas específicas que pueden precipitar su finalización. Estas disposiciones se negocian al inicio del contrato y pueden incluir condiciones como el incumplimiento de ciertos objetivos, cambios en la estructura de la empresa o la necesidad de adaptación a nuevas tecnologías o procesos.
La inclusión de estas cláusulas debe manejarse con cuidado para asegurar que ambas partes comprenden sus derechos y obligaciones, así como para asegurar la efectividad.
Extinción por finalización del contrato
El contrato de trabajo puede finalizar simplemente porque el período acordado ha llegado a su fin. Esto es común en los contratos temporales o de duración determinada, donde las partes involucradas acuerdan de antemano la duración del trabajo. Es esencial que ambas partes comprendan de forma clara los términos de finalización para evitar malentendidos y asegurar una transición adecuada.
Procedimientos de extinción del contrato
El procedimiento para la extinción del contrato varía según la causa. Dependiendo del tipo de extinción, puede ser necesario un preaviso. Por ejemplo, en despidos objetivos, se requiere un preaviso de 15 días, mientras que en despidos disciplinarios no se exige.
Al extinguir un contrato, es necesario entregar diversos documentos, incluyendo la carta de despido, el finiquito, el certificado de empresa y el documento TA de la Seguridad Social.
¿Es obligatorio el preaviso?
La obligatoriedad de un preaviso antes de la finalización del contrato depende de la razón de la extinción y de lo que estipulen las leyes laborales y los convenios colectivos aplicables. Por lo general, se requiere que la empresa notifique a la persona empleada con anticipación suficiente antes de finalizarse el contrato en casos de despido objetivo. El preaviso permite a la persona prepararse para la búsqueda de un nuevo empleo y organizar sus asuntos personales.
Si el contrato se disuelve a instancias de la persona empleada, como en el caso de renuncia, también se espera que esta proporcione un preaviso cuya duración y condiciones específicas también varían según lo dictado por la ley, los contratos individuales, o los convenios colectivos.
Cómo se debe comunicar la finalización del contrato
La finalización del contrato laboral debe comunicarse de manera formal y profesional. Esto generalmente implica la entrega de una notificación escrita que detalle las razones de la disolución, la fecha efectiva de la extinción y cualquier otra información relevante. Es importante expresar esta información cumpliendo las normativas legales para evitar disputas o reclamaciones por parte de la persona trabajadora.
¿Qué documentos son necesarios en la extinción del contrato?
Al finalizar un contrato, la persona empleada recibe varios documentos importantes, que incluyen:
- Comunicación oficial. Un documento que formaliza la extinción del contrato, explicando las causas y proporcionando detalles esenciales como la fecha de efectividad.
- Finiquito. Un resumen de todas las cantidades adeudadas a la persona empleada, incluyendo salario pendiente, vacaciones no disfrutadas y cualquier otra compensación adicional.
- Certificado de empresa. Necesario para que la persona empleada pueda tramitar prestaciones por desempleo, si tiene derecho a ellas.
- Documento TA. Se debe presentar ante la Seguridad Social para ajustar los registros de la cotización.
Derechos de la persona empleada tras la extinción del contrato
Los derechos de la persona empleada no acaban con la extinción del contrato, ya que, una vez terminada la relación laboral, debe recibir la correspondiente indemnización (en las situaciones en las que está prevista por la ley, como en caso de despido por causas objetivas).
También cuando la persona empleada haya generado ese derecho (que depende del tiempo trabajado y cotizado, así como del tipo de extinción del contrato), al dejar de trabajar tiene acceso a las prestaciones por desempleo establecidas por ley.
Además, la persona empleada tiene derecho a recibir el pago de todos los salarios pendientes al finalizar la relación laboral con la empresa.
Derechos de la empresa tras la extinción del contrato
Las empresas tienen derechos y protecciones cuando se extingue un contrato de trabajo. De esa forma, se garantiza que el proceso sea equitativo y que la empresa continúe operando de manera eficiente.
- Derecho a recibir la devolución de los bienes de la empresa. La compañía tiene derecho a recibir la devolución de todos los bienes y equipos proporcionados a la persona empleada durante su relación laboral.
- Derecho a proteger información confidencial. Los contratos de trabajo suelen incluir cláusulas de confidencialidad que permanecen vigentes incluso después de la terminación del contrato.
- Derecho a exigir preaviso. En ciertos casos, la empresa puede exigir un período de preaviso si la persona empleada decide renunciar. Este tiempo le permite planificar y encontrar a una persona que ocupe el puesto sin que las operaciones se vean interrumpidas.
Como ves, la extinción del contrato es un trámite clave en la relación laboral, sobre el que es importante asegurar el cumplimiento de la legislación vigente, tanto en lo que respecta a la empresa como al personal empleado.
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